Saber reconocer las avarcas menorquinas es sencillo, siempre que tengamos en cuenta un número de características que las hacen inconfundibles. Veremos en muchas tiendas un intento de vendernos imitaciones de este tipo de sandalias, pero al final la imitación se quedará en, precisamente eso, una mera sandalia, sin tener las comodidades de unas avarcas.
Qué debemos comprobar a la hora de comprar menorquinas
Darse cuenta de que unas menorquinas son originales no cuesta mucho. Existen muchos intentos de darnos gato por liebre. Por eso, veamos a continuación qué debemos tener en cuenta cuando vayamos a comprarlas.
- Su suela de neumático reciclado. Esta es una de sus mayores características. Comprobar su elasticidad y ver que, exactamente, su suela es de puro neumático, es la primera seña de este calzado. Este tipo de material garantiza una durabilidad increíble, al mismo tiempo que consigue adaptarse a cualquier tipo de suelo, otorgándonos mucha comodidad al caminar. Por lo general, esto hace que pese más.
- Cosido que traspasa la suela. Una cosa que debemos comprobar es que el cosido traspasa la suela, entrando en contacto directo con el suelo. Un hilo de 1 mm de grosor produce una gran resistencia en el acabado de este calzado.
- Tira que no se deforma. La tira trasera, al estar hecha de lona de neumático, consigue mantenerse sin deformarse. Lo mejor de todo es que está integrada en el piso de la avarca, reduciendo completamente cualquier molestia que nos pudiera ocasionar una imitación.
- Sandalias menorquinas. Para que sepamos si son avarcas cien por cien originales, debemos ver su lugar de fabricación. En este caso, una verdadera avarca menorquina ha de estar realizada en Menorca.
Las avarcas menorquinas nos proporcionan confort, debido a su indiscutible calidad. Por eso no debemos aceptar burdas imitaciones, que acabarán por darnos molestias innecesarias. Con las originales caminaremos con buen pie.
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